domingo, 17 de junio de 2007

No solo movidas raras llegan de Afganistan...

Hasta que no paseamos por St. Marks Place, nunca creí encontrarme con un Restaurante Afgano. Pues fíjate, que haberlos haylos.

Mientras llovía una de estas tormentillas que al parecer caen por aquí, nos largamos a esperar que pasara al Khyber Pass. La zona es muy animada continuamente, pero no habia nadie al llegar (menudas horas que elegimos nosotros tambien..). Así que elgimos una mesa (con sus cojines, en un altillo y reodeados de alfombras en paredes y suelo) con un ventanal enorme muy interesante. Ver pasar a todo tipo de gente que habitualmente se mezcla en el Village era una magnifica y entretenidísima "televisión". El lugar está decorado bonito y algo oscuro pa mi gusto, con un pequeño toque de dejadez, digamos afgano y la música en la linea del lugar.

La camarera (muy agradable, servicial y...rusa(¿)) nos atendió muy bien, recomendó cosas muy acertadas. La carta es relativamente extensa, cubriendo bastante bien el tema vegetariano, aunque eché de menos más sopas (solo había dos), y bastante afgana (bueno, que al final igual es pakistano o yo que sé, pero lo tipico no era). Empezamos con dos sopitas, que nos cayeron muy bien (con TODO, es decir, que le ponen todo tipo de cosas flotando, tanto verde: zanahorias, habichuelas, judías stc como carne -si la pides- como Yogur, especias, etc) y un Humus con aceite de oliva bastante bueno.

Un principal fue Asheh Gooshti, que fue una pasta (fetuccini, ma o meno) con una salsa de carne y otra vez, yogur. Sabor algo desconcertante, pero rico, que no se iba demasiado de una pasta un poco extravagante que se pudiera preparar.
El otro era Shizeen Palow, era arroz (aquí la valencianeta) cocinado con almendras, corteza de naranja, pistachos y azafrán, lo que le daba un aspecto anaranjado (pero no demasiado) y con sabor un tanto dulce. Para acompañarlo podías elegir espinacas, alubias o calabaza. Yo elgí esta última y la verdad es que la combinación fue buenísima. Lo servían en dos platos diferentes para poder añadir al plato de arroz poco a poco la cantidad de calabaza que quisieras. La pena fue que me llené y no pude terminarlo, pero de verdad que estaba rico-rico.

Y como un huevazo de cosas de esta comida llevaban Yogur, y aqui el Santi es un fan y devorador incondicional del mismo (una de sus aspiraciones es ser miembro de pleno derecho de la Asociacion de Catadores de Yogur), pasó de la lista de postres (medio normalilla, nada espectacular) por un poco de Yogur, que según nos decían, lo hacen a la forma tradicional Afgana en el restaurante. Y allá que llego el vasito con hielos, pajita y yogur fresco fresco (dulce, aunque tb lo ofrecian salado) y muy rico. Sensacion de yogur muy suave, con una mezcla de amargor fuerte con dulce. Muy rico.

Pues eso, una curiosa experiencia de la que salimos muy contentos, satisfechos (un poco llenos, la verdad), y con buen impresión.

- Khyber Pass (el nombre de un paso entre Afganistan y Pakistan)
- 34 Saint Mark's Place (junto a la 2nd ave.) (Subway 6, Astor Place)
- Recomendable el par de mesas junto a la ventana. Tiene una terracita para tomar cafe bastante guapa.
- Precio muy apropiado. Sopa $3.50, Aperitivos (4-6 $), kababs y veggie (10-12 $), carnes, pastas $10-$16. Por 25 dolares por persona con todo, sales como un señor/a. (Hay birra, nada del otro mundo, y todo marcas comerciales normales)

Buen sitio, buen precio y comida que merece la pena probar (e incluso repetir).

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